sábado, 23 de junio de 2012

EL HOMBRE OSCURO.
Era tarde, pero yo no tenía sueño. Me levante a por un vaso de agua, pero se había acabado la jarra y tendría que salir a buscarla al pozo... unos dos kilometros de mi casa. Mi casa se encontraba en un pueblo muy apartado, en las que todas las casas eran antiguas y apenas podías escuchar la radio porque la señal ni llegaba... No quería salir de casa, todo estaba oscuro y algo de miedo me invadía el cuerpo... La noche se me hacía interminable, y cada segundo hacía que mi sed aumentara como nunca antes... necesitaba agua... parecía que moriría si no bebía... Tuve que salir, con una antorcha, anduve por aquellos finos y largos callejones esperando llegar al final y encontrar el agua que calmaría mi sed... A mitad de camino, una voz susurró a mi izquierda.
-¿¡Quién es!?-
Miré al suelo y era un simple mendigo, borracho y sin que le cabiera una mancha mas en el cuerpo... Seguí mi camino hasta que, después de una hora de camino, llegué a aquel pozo que me llamaba... Coloqué la antorcha, y sumergí el cubo. Entonces, la antorcha se apagó por un aire repentino que no supe de donde vino... No sabía que hacer porque no se veía nada... Fue en ese momento cuando un calor me recorrió el cuerpo... miré al cielo, cerré los ojos, y me sentí con mucha fuerza... No se el motivo... pero había sido dotado de algo extraordinario... Al mirar a mi alrededor todo estaba iluminado. Mis manos brillaban de un color oscuro... Era un negro tan fuerte, que entre tanta oscuridad resaltaba... La sed se me había calmado, y caminé a mi casa asustado y desconsertado... por el camino, volví a ver al mendigo. Esta vez, algo me llamó la atención de él... tuve que agarrarlo por el cuello y apretar con todas mis fuerzas... No entendía porque lo hacía, pero no podía detenerme... Entre uno de los chillidos de aquel hombre, este desapareció dejando una sombra que entró en mi cuerpo llenandome de energía, mas de la que ya tenía anteriormente... Hacer aquellas cosas me hacía cobrar vida... Si no agarraba a personas moriría lo sentía... Eso solo me ocurría por las noches, y era muy dificil encontrar a alguien por las calles entre tanta oscuridad... Unas de las noches posteriores, toque en una de las casas. Un hombre alto abrió la puerta, pero yo parecía camuflarme entre la oscuridad, porque él no conseguía verme. Agarré su enorme cuello y nuevamente apreté con todas mis fuerzas... Aquella sombra me dio mucha energía... En ese momento si me sentía vivo... Entré despacio en su casa con la esperanza de encontrar a alguien mas en su interior... Una joven y delgada chica dormía en una de las camas... Me acerqué despacio, la toque debilmente, y cuando abrió los ojos, gritó con mucha fuerza y acto seguido le hice lo de costumbre... calló enseguida... Mientras salía de la casa, en un espejo del pasillo, me miré... era horrible... La cara era un simple humo oscuro, brillante y con dos ojos negros enormes con un brillo blanquecino en su centro... Parecía que flotaba... hasta a mi me daba miedo... Un mes después... ya no quedaba nadie en el pueblo... todo estaba desértico. El pueblo, cada noche tenía una estela de sombras y sonidos extraños... ya no podía vivir ahí... Por eso salí en busca de otro lugar... nunca sé a donde voy a llegar... pero quien sabe, a lo mejor, el próximo pueblo seré el tuyo... Un consejo, nunca habras la puerta sin preguntar quien es... podría suceder algo extraño...


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