miércoles, 7 de marzo de 2012

Hola a tod@s, me gustaría recalcar, que es de las primeras veces que escribo y, por lo tanto, me gustaría que pusieran opiniones y aspectos en los que podría mejorar. Gracias.


Agonía.


Recuerdo aquella mañana de otoño, oscura, tanto que más bien parecía de noche. Al levantarme de la cama escuché un sonido extraño junto a la chimenea del salón. Era como el grito leve de un bebe, que parecía sufrir. Ese sonido consiguió ponerme los pelos de punta. Pero la verdad no le dí importancia, pensé que simplemente sería una imaginación o que solo seguía algo dormido. Al llegar a la puerta del baño, pasos muy flojitos se escucharon detrás de mí, asustado, gire sobre mi mismo y solo me encontré con mi reflejo en el espejo de en frente, que me provocó un grito. Me tranquilicé. Unas horas más tarde, a la hora del almuerzo, volví a escuchar el grito del bebé, esta vez más fuerte y con mas insistencia. Me asusté muchísimo, tanto, que corrí a la puerta de salida, pero al llegar, estaba cerrada. Hice tanta fuerza para abrirla, que me dieron fatigas y caí al suelo desvanecido. Abrí los ojos y estaba en la cama de mi habitación, a la misma hora que me había levantado anteriormente, el mismo día... Esa sensación si era horrible. Al llegar de nuevo la hora del almuerzo, parecía que todo seguía como de costumbre. Comí muy a gusto. Salí a trabajar, ( se me olvidó mencionar que trabajo en un cementerio de enterrador), al llegar me dijeron que tenía que enterrar varios cuerpos de la noche pasada. De entre las cajas, una era de un niño pequeño, y eso me hizo pensar en el grito agónico del sueño o lo que fuera que tuve. El morbo se apoderó de mí y tuve que abrir la caja. Efectivamente era un bebé. No sé muy bien el por qué, pero me dio un escalofrío al verlo, y eso no era normal, porque veía a muchos por desgracia. Rápidamente, al cerrar la caja, escuché:
- No... por favor... no me hagas esto...- Con un tono muy extraño, la voz de bebé, agonizando y solo con escucharlo sufría yo también. No pude evitar abrir la caja una vez más, la sorpresa fue que ya no había nada. Me dejó tan mal esa situación que dejé el trabajo, entré en depresión, cada vez iba empeorando hasta hoy. Ya no puedo pasar un día sin escuchar ese gritito, una y otra y otra vez en mi cabeza y pensar que yo no lo ayudé a salir de allí. No entiendo que fue lo ocurrido esos últimos días, no encuentro explicación lógica. Bueno, solo hay una, que estoy loco. Ahora estoy en un psiquiátrico, pero yo se lo que oí, sé que no estoy loco. No aguanto más con esta agonía que siento, necesito morir... prefiero morir a estar así. Creo que entiendo a aquel bebé, lo que no entiendo es por qué lo hizo conm... aaaaggggg....

No hay comentarios:

Publicar un comentario